La Manosfera no es solo un ecosistema de foros, YouTubers y entrenadores de masculinidad; es un laboratorio para teorías de conspiración que fusiona anti-feminismo, victimización masculina y desinformación. Aquí, documento algunas de las más populares (y delirantes) que circulan por estos sitios, y en otros lugares de este enfermo mundo, y por qué deberíamos preocuparnos.
1. La sociedad está dominada por las mujeres (Gynocentric Social Order)
Lo que significa que gira en torno a las mujeres y sus necesidades, y que todas las leyes, los medios de comunicación y la cultura giran en torno a proporcionar beneficios a las mujeres, mientras que al mismo tiempo degradan sistemáticamente a los hombres. En la práctica, eso se traduce en culpar al feminismo por cualquier cosa difícil en tu vida personal: divorcios, acusaciones, problemas laborales, malestar emocional.
La realidad: vivimos en sociedades que todavía están teñidas de desigualdad de género, donde las mujeres están en desventaja en términos de salario, poder en las instituciones y exposición a la violencia.
2. El feminismo es una conspiración global
Es la afirmación de que la ONU, los gobiernos progresistas y la élite económica conspiran para desmantelar la masculinidad tradicional y controlar la sociedad de manera más efectiva. Esta es una variación del viejo temor a los "esquemas de ingeniería social".
La realidad: los movimientos feministas son multifacéticos y no monolíticos, e históricamente han abogado por derechos básicos desde el derecho al voto hasta no ser asesinadas por su pareja.
3. El mito del 80/20
Argumentan que el 80% de las mujeres tiene relaciones sexuales solo con el 20% de los hombres, dejando al 80% restante de hombres sin parejas ni sexo. Esta noción se invoca para explicar el resentimiento misógino y los discursos de odio.
La realidad: las dinámicas afectivas son complicadas, cargadas de cultura, contexto y subjetividades. No existe investigación creíble que respalde este número.
4. La hipergamia es real
Sostienen que las mujeres son "hipergámicas por naturaleza" y solo están interesadas en hombres de mayor estatus, dinero o atractivo, convirtiéndolas en intrínsecamente traicioneras y transaccionales.
La realidad: aunque los factores sociales juegan un papel en las relaciones, reducirlo a un juego de estrategia de ascenso social se queda corto y es demasiado simplista y sexista.
5. La conspiración del tribunal familiar
Se dice que el sistema tribunal familiar está manipulado para perjudicar a los hombres; supuestamente, las mujeres aparentemente tienen la ventaja en los divorcios y batallas por la custodia infantil, dejando a los hombres arruinados y alejados de sus hijos.
La realidad: sí, habrá jueces con prejuicios, pero no es como si el tribunal te fuera a masticar y escupir solo por ser hombre, y también hay hombres que terminan obteniendo la custodia completa o compartida.
6. La agenda del ‘SoyBoy’
Especulan que hay una conspiración mediática para feminizar a los hombres y desmantelar la masculinidad tradicional a través de una mezcla de programas, influencers amanerados y supuestamente dietas bajas en testosterona (piensa: soja o alimentos ultraprocesados).
La realidad: es poco probable que una conspiración masiva alimentaria o cultural sea la culpable. La diversidad de tipos masculinos existe y no hace a nadie menos hombre.
7. El fin de la familia nuclear
Se acusa al feminismo y la cultura progresista de destruir la familia nuclear y hacer que el divorcio, las familias monoparentales o las parejas sin hijos sean de alguna manera "normales".
La realidad: no hay un único tipo "correcto" de familia, sino todo lo contrario; las formas familiares cambian a lo largo del tiempo y el contexto social. Y sí, una familia disfuncional es mejor que una violenta o insalubre.
8. Control sexual
Creen que solo una pequeña selección de hombres sexualmente atractivos tiene acceso al sexo en el mundo moderno y que todos los demás hombres están excluidos. Algunos incluso defienden la idea de una "redistribución sexual", como si fuera una mercancía como la riqueza o el poder.
La realidad: esta perspectiva convierte a las personas en objetos y puede crear relaciones que se asemejan a una transacción, ignorando la conexión emocional y ética.
¿Por qué son tan peligrosas estas teorías?
Fomentan el discurso de odio dirigido hacia las mujeres y las minorías. Incluso normalizan la frustración violenta como respuesta a problemas emocionales. Están siendo reforzadas en internet por algoritmos y cámaras de eco. Pueden escalar hasta la violencia real, como hemos visto en casos como Elliot Rodger o incels radicalizados.
Conclusión
Estas teorías son más que simplemente locas o marginales. Ayudan a "dar forma a modelos tóxicos de masculinidad", "sancionar actitudes misóginas" y "atraer a jóvenes en angustia emocional". Es crucial contrarrestarlas con hechos, con contexto histórico, con espacios alternativos donde los hombres puedan liberar su agitación sin recurrir al odio.
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